lunes, 26 de octubre de 2009

Anecdotario

Carlos Menditeguy y su infaltable cigarrillo (El Gráfico, 1966)

Según un viejo y ajetreado volumen del Diccionario Hispánico Universal, la definición de anécdota es: “Relación breve de algún rasgo o suceso particular, más o menos notable”. Por su puesto que la intención de este blog dedicado al automovilismo no es la de pretender demostrar erudición sobre etimología de las palabras. Sino, simplemente, reflejar algunos sucesos particulares, más o menos notables de esta actividad.
Por otra parte, si bien la anécdota camina sobre un delicado equilibrio, que roza entre la veracidad y la ficción, enriquece toda actividad y compite con las frías estadísticas. Por eso, recreamos algunas anécdotas de nuestro automovilismo deportivo.

Luis y sus ocurrencias
Diálogo en los Boxes del autódromo de Buenos Aires (octubre de 1969). Carrera de Sport-Prototipo que ganó Luis Di Palma (Berta Tornado).

Jorge Ternengo: “¿Sabés, che? Hice un trompo en Ascari…”

Luis Di Palma: “¡Dale, qué lo vas a hacer!... Si vos los trompos los traés hechos…”

(El Gráfico Nº 2611 del 21/10/1969)

Menditeguy, según Arturo Dubourg
“Aunque no lo pareciera y todo el mundo creyera que Menditeguy era un tipo sin disciplina, yo te aseguro que no. Era muy habitual que hiciera varias veces el circuito para ver por dónde podía doblar, si se podía cortar por la banquina o no, si tal o cual curva era de tercera o de cuarta. En una Vuelta de Arrecifes estábamos en el hotel, en el mismo cuarto, Y Charlie tenía puesto su famoso camisón de dormir. Eran las doce de la noche y había que levantarse a las seis. Yo ya estaba en la cama y le insistía que se acostara, mientras él se paseaba de punta a punta por el cuarto y miraba de vez en cuando por la ventana. Se tomó la barbilla con la mano y después de hacer un motón de análisis que sólo él entendía, dijo: ‘Bueno, Arturo, no hay que hacerse problemas… mañana gana Juan’, ¿Sabés quién ganó? Juan Gálvez. Era un tipo de novela.”
(Corsa Nº 369, del 15 al 21/5/1973). La Vuelta de Arrecifes que ganó Juan Gálvez (Ford) se disputó el 22 de mayo de 1960.


“Yo, ¡no entiendo…!”
En aquellas Vueltas del Turismo Carretera, cuando los automóviles largaban de uno por vez -con intervalos de 10 o 30 segundos entre sí- se ordenaba la clasificación por tiempo neto. Por lo tanto, era una tarea casi imposible seguir la competencia si no era a través de la información que entregaban las transmisiones radiales. Pues bien, en ocasión de disputarse la III Vuelta de Salto (1964) un desprevenido espectador, oriundo de Arrecifes para más datos, se acercó al costado del camino para ver el paso de los veloces TC de aquel entonces. El mentado señor –no sin cierto estupor- observó que el primer automóvil que transpuso su puesto de observación: “marchaba cuarto por tiempo”, en tanto que quien había pasado en segundo lugar en el camino “era el quinto” y ante su sorpresa, el último auto en registrar su paso (Nº 54) estaba primero. “¡Sensacional actuación de Larry!” vociferaba el relator. Fue entonces cuando nuestro apreciado vecino sólo atinó a decir: “Yo, ¡no entiendo…! ¡El que va último está primero y el que va primero está cuarto…!
Lo concreto, es que aquel 30 de agosto de 1964, Luis Di Palma (Chevrolet) se adjudicaba la competencia, escoltado por Rodolfo de Álzaga (Ford). En tanto que Larry (Alberto Rodríguez Larreta) luego de ganar la primera vuelta abandonó por desperfectos mecánicos en su Chevrolet.

lunes, 19 de octubre de 2009

Victoria de Casá, opacada por la tragedia

Casá y toda la fortaleza del Tractor (El Gráfico, 1966)

Nuevo circuito
En 1966, los organizadores de la 8ª Vuelta de Arrecifes cambiaron el circuito. Eligieron un trazado de 61 kilómetros: 24,450 sobre la ruta provincial 191, camino a San Pedro, luego se doblaba a la izquierda rumbo a Santa Lucía (6,8 km también pavimentados) para ingresar en un camino de tierra de 28,6 kilómetros. La competencia se programó sobre 10 vueltas, para completar 610 kilómetros.

Arrecifeños
A la lista de arrecifeños compuesta por Carlos Pairetti, Luis Di Palma, Carlos Marincovich y José Pozzi (Atalaya), habituales participantes del TC, en esta oportunidad se le agregarían Orlando Raúl Lizzi (Auto Unión), Juan Carlos Sempé, con el Chevrolet de Delio Nardini, y Néstor Jesús García Veiga, con el mismo Ford con el que había debutado Di Palma en el Gran Premio del 63.
Pairetti retornaba al Turismo Carretera luego de su incursión -junto a Jorge Cupeiro- en la Fórmula 3 Italiana. Sería su primera participación del año en la categoría. En su ausencia, Rubén Aeid armó un motor Chevrolet 7 bancadas que había estrenado César Malnatti en la Vuelta de Salto. Luis Di Palma, que ahora corría con un motor Dodge Valiant montado sobre su cupé Chevrolet, había ganado -por exclusión de Cupeiro- en el autódromo de Buenos Aires. Por su parte, Carlos Marincovich, por invitación de Froilán González, había reemplazado a Cupeiro (en Europa) en el Chevitú. El Ruso no desaprovechó la oportunidad y salió de “no ganador” nada menos que en el “Premio Juan Gálvez”, todo un símbolo del TC.

La carrera
El domingo 3 de julio, sobre el kilómetro 55 de la ruta 191, se ponía en marcha la 8ª Vuelta de Arrecifes. Pairetti lucía el número 1 que había conseguido en la clasificación del sábado. Le siguieron: Cupeiro, Di Palma, Tarducci, Ríos, Bordeu, Ciani, Polinori, Marincovich y Gimeno en las diez primeras posiciones. Sempé y García Veiga partieron en los puestos 31 y 35, respectivamente. No largaron el 50 de “Atalaya” y el 52 de Lizzi que había quedado como suplentes.

Pairetti al frente
La carrera tuvo un planteo veloz desde su inicio y rápidamente cobro sus víctimas: Cupeiro se detenía con la junta de tapa de cilindros quemada. Su equipo había trabajado toda la noche para reemplazar el motor que se había dañado durante la clasificación. Miguel Grosso, de Salto, les había facilitado un block y una tapa de cilindros. También Menditeguy y Calamante abandonaron muy rápido. El primer paso por Arrecifes fue para Pairetti, escoltado por Di Palma. Luego seguían Bordeu, Tarducci, Ríos y Ciani. Mientras que Malnatti padecía con la palanca de cambios, que se había roto.

Acorta Di Palma
Al trasponer el control por segunda vez, Pairetti continuaba primero, pero Di Palma acortaba 11s4/5 la diferencia, que ahora era de 18s1/5. Casá ascendía al quinto puesto, detrás de Bordeu y Tarducci y delante de Malnatti, Polinori, Ciani y Mantinian. En la tercera vuelta se retrasó Pairetti y al pasar por el control Rubén Aeid (su acompañante) arrojó un mensaje para sus auxilios: “se cortó el condensador. Batería lista.” Sin embargo, abandonarían poco después.
Di Palma estaba primero por 19s3/5 sobre Tarducci. Tras él corrían Ríos, Ciani -en franca recuperación luego de una salida del camino-, Malnatti, Polinori, Galbato, De Paoli, Bocher y Casá.

La tragedia
La cuarta vuelta resultó fatídica. Todo se desarrolló con un ritmo vertiginoso. El auto de Marcos Ciani siguió de largo en la curva de 90 grados cerca de la Escuela Nº 22 y volcó dejando en grave estado a su piloto. “Intenté rebajar y en ese momento se voló la cruceta. Luego no recuerdo nada más”, diría años más tarde el venadense.
Era inevitable. Marcos no pudo hacer nada. Íbamos en la tierra, teníamos poco freno. De repente la curva. El coche no se podía parar. Nos íbamos, nos íbamos. Se clavó de punta y dio una vuelta, justo sobre el lado de Marcos”, relató Carlos Galante (acompañante de Ciani) a Roberto Carozzo (periodista de El Gráfico) ni bien descendió del auto de Malnatti que lo socorrió. Ciani se recuperó del terrible trance, pero prácticamente en esa curva terminó su carrera deportiva.
También Carmelo Galbato siguió de largo en una curva en el cuartel 21, cerca de Santa Lucía. “Estamos bien. Pero fue un desastre. Se rompió el volante de motor con el disco de embrague. Eso inutilizó los frenos, nos levantó el capot. Saltó todo y seguimos de largo. El auto se deshizo”, comentó Galbato. El y Juan Aguera, su acompañante, salieron ilesos. Cuatro espectadores murieron y otros tres resultaron heridos. La carrera ya no tenía sentido.

El final
Al cerrar la séptima vuelta Di Palma ganaba sobre Malnatti por 11m22s, tercero marchaba Casá, cuarto Raúl Rodríguez y quinto Nelson Prandi. Ambos de Carmen de Areco. Luego seguían Mantinian y Bocher. Armando J. Ríos había quedado al costado del camino, con problemas mecánicos insalvables en su Chevrolet. Con sonido pleno y la victoria a la vista ingresó el puntero a recorrer la última vuelta. Sin embargo, Pocos kilómetros más adelante, una biela destrozaba las ilusiones de triunfo para Di Palma y Juan Lombardo, su acompañante.
“En Arrecifes llevábamos como siete minutos. Y no es porque Luis haya aumentado el régimen que se rompió el motor. No…”, la resignación de Antonio Puglieso, quien junto con su hermano Héctor, se encargaban de la preparación del motor Dodge Valiant de Di Palma. Eduardo Casá, con su infatigable Ford, se convertía en el octavo ganador en el historial de la Vuelta de Arrecifes, en otras tantas realizaciones.

Clasificación final (559,750 km)
1. Eduardo Casá (Ford) 3:41:25.1/5 a 165,295 km/h.
2. César Malnatti (Chevrolet) 3:42:30.2/5
3. Nelson Prandi (Ford) 3:53:04.4/5
4. Manuel Mantinian (Chevrolet) 3:56:04.4/5
5. Mario Tarducci (Chevrolet) a 1 vuelta
6. Fermín Maseratessi (Chevrolet) a 1 vuelta
7. Vicente Conejero (Chevrolet) a 1 vuelta
8. Sergio Bocher (Chevrolet) a 1 vuelta
9. Antonio Bertolotto (Ford) a 1 vuelta
10. Dionisio Zaremba (Chevrolet) a 1 vuelta
Finalizaron: 14 (33%) de los 42 pilotos que largaron.
El último clasificado fue Juan Bautista Larriestra (Ford), a 3 vueltas.

APOSTILLAS
Entrada: el ingreso al circuito se cobró m$n 200
.
Medallas de oro: se les otorgó a Norberto Polinori, César Malnatti y a sus respectivos acompañantes por el gesto que tuvieron al socorrer a Ciani y a Galante. Polinori abandonó la carrera para acompañar, en tal difícil trance, a su colega.

Confiabilidad y performance del “tractor” de Eduardo Casá en 1966: El balcarceño, con la de Arrecifes sumaba 8 participaciones, con el ciento por ciento de llegadas:
27-3 San Francisco: 1º (179,022 km/h)
3-4 Necochea: 3º
17-4 General Pico: 2º
24-4 Villa Carlos Paz: 3º
30-4 autódromo de Buenos Aires: 6º
19-6 Bahía Blanca: 2º
26-6 Hughes: 3º
3-7 Arrecifes: 1º (165,296 km/h).

martes, 13 de octubre de 2009

Esta foto, es historia

Aguirre, acompañante de Marincovich, recibe el aro de informaciones. Lo entrega Carlos Pairetti.

30 de abril de 1961, durante el desarrollo de la 3ª Vuelta de Arrecifes de Turismo Carretera, Roberto Aguirre, acompañante de Sandokán (Néstor Marincovich), recibe el aro con la información de su posición en la carrera y las diferencias de tiempos con sus inmediatos perseguidores:

“1. ustedes, 2. Farabollini, a 10s1/5, y 3. Emiliozzi, a 29s1/5”.

Quien acaba de entregar el aro es nada menos que Carlos Pairetti, jefe de auxilios de Sandokán. Tres meses más tarde, Marincovich perdía la vida en un accidente de tránsito, y en marzo del ’62 sería Pairetti el encargado de conducir el veloz Chevrolet, con preparación de Bernardo Pérez.

Cuesta imaginar hoy en día, en que las comunicaciones entre pilotos y boxes son constantes y se pueden escuchar a través de las trasmisiones televisivas, la forma en la que pilotos y acompañantes eran informados en las competencias de Turismo Carretera de la década del ’60: un aro de mimbre en el que se ataba un papel con la información para la tripulación. Generalmente, se aprovechaba una curva lenta (noventa grados) donde el encargado de alcanzar la información se colocaba del lado del acompañante, quien -a su vez- se desataba, sacaba medio cuerpo por la ventanilla y se llevaba el aro en un brazo. Casi como el maquinista o foguista de los trenes, cuando recibían “el vía libre”.
Cabe recordar que en aquellos años los circuitos se diagramaban sobre rutas y caminos de tierra -generalmente- con extensiones superiores a los 100 kilómetros y superaban los 500 o 600 kilómetros para el total de la carrera. La información llegaba a través de las trasmisiones radiales, ya que se largaba de a un auto por vez, con intervalos de 30 segundos, como mínimo, entre uno y otro. Por lo tanto, a la hora de paso de cada piloto, se le restaba la hora de largada para establecer el tiempo neto y la clasificación general.
Los reabastecimientos de nafta con bidones también merecerán un tratamiento similar en futuras entregas.

Anécdotas
De antología
“Mira, en una carrera que no me acuerdo dónde era había puesto los auxilios en un lugar determinado. Yo sabía dónde estaban y cuando me voy acercando al lugar del auxilio veo con gran sorpresa que uno de los muchachos del auxilio, justo el que tenía que entregarle el aro de información a mi acompañante, estaba de mi lado y ya no había tiempo de hacerles señas de que se cambiara de lugar. Y entonces tuve que largar el volante, abrir la ventanilla, sacar medio cuerpo afuera, agarrar el aro y seguir en carrera. ¿Vos me podés creer que hasta el día de hoy el muchacho del aro me porfía que el aro se lo dio a mi acompañante…?”, Carlos Marincovich.


El auxilio inesperado
Había un grupo de amigos que ofrecían sus servicios como auxilio en todas las pruebas de TC. Pero no eran muy eficientes. O por lo menos estaban en otros detalles. En Rojas corrieron Teófilo Bordeu y Juan Carlos Perkins juntos. Iban mal. Muy lejos. Cuando pasaron por el auxilio dejaron un mensaje: “Estamos sin cambios”. Cuando regresaron al lugar le entregaron un aro con varios billetes de diez pesos y algunas monedas. El papel de información les aclaraba “Si no les alcanza, avisen”. Publicado en El Gráfico Nº 2344, de setiembre de 1964.

miércoles, 7 de octubre de 2009

El Ñato Aguirre

Aguirre en un derrape controlado con su Ford T Semipreparado

El Ñato Aguirre
fue un personaje singular del automovilismo arrecifeño, que alternó sus participaciones automovilísticas como piloto en Ford T Semipreparado y acompañante de notables figuras en el Turismo Carretera de los ’60. Según el documento de identidad, se llamaba Roberto Domingo Aguirre, pero para el automovilismo arrecifeño fue el Ñato Aguirre.
Sus primeros “palotes” en el mundo de la velocidad los realizó con un Ford T de Carretera. Posteriormente, con el mismo auto se anotó en varias carreras “cuadreras” en la zona de Arrecifes, hasta que decidió armar un monoposto para correr entre los Semipreparados. Con tal fin compraron una carrocería con historia, partes de ella habían pertenecido al primer auto de José Froilán González. “Prácticamente adaptamos el chasis a la carrocería que teníamos”, recordaba Aguirre.

Actividad oficial
Su participación oficial se produjo en Villa Constitución, en 1956. Finalizó 10º en la serie, pero no pudo largar la final. Las primeras satisfacciones llegarían en el ’57, con buenos trabajos parciales y un segundo puesto en Teodelina (Santa Fe). En el ´58, su actividad como piloto fue casi nula, pero como contrapartida debutó como acompañante de Néstor Marincovich (Chevrolet) en la Vuelta de Hughes de Turismo Carretera. “Sólo hicimos 1000 metros, se cortó una biela…”, destacaba el Ñato. Sin embargo, la alianza con Marincovich seguiría hasta la última carrera de Sandokán, en 1961.
En el ’59, cuando el TC se lo permitía, volvía a sus participaciones con el Ford T. En Posta San Martín ganó una serie sobre Orlando Sotro, pero en la final abandonó por rotura de motor. En el ’60, terminó cuarto en Luján en una competencia de Limitada del 27 que ganó Juan Carlos Márquez, escoltado por Orlando Sotro y José Morán.

Con Pairetti
Tras la muerte de Néstor Marincovich, en un accidente de tránsito, Carlos Pairetti y un grupo de amigos adquirieron el veloz Chevrolet que tenía preparación de Bernardo Pérez. Por supuesto, el Ñato desde la butaca derecha aportaría toda su experiencia en las primeras carreras de Il Matto. Después, Aguirre se retira y vuelve a trabajar sobre el Ford T, pero sus participaciones se hacen cada vez más intermitentes. Su actividad con su camión de transporte lo alejan del automovilismo. Pero, no sería por mucho tiempo. Pocos días antes de iniciarse el Gran Premio de Turismo Carretera de 1963, apareció en la vida del Ñato el joven Luis Di Palma (19 años). Le habían facilitado la cupé Ford que había pertenecido al mendocino Julio César Castellani y quería correr. Debut con excelente trabajo en la primera etapa y un espectacular vuelco en la segunda. Aguirre sufrió las peores consecuencias: varias costillas rotas y un tobillo quebrado lo mantuvieron quieto por unos meses. “Estamos en presencia de un futuro campeón”, fue el certero pronóstico de Aguirre con respecto al joven Di Palma.

Triunfos
Después, Di Palma y su gente compraron la cupé Chevrolet de los hermanos Marques de Carlos Casares. Desde entonces, Aguirre no sólo ocupaba su butaca derecha, sino que también se hizo cargo de su preparación. Muy pronto llegaron las satisfacciones para el conjunto, un triunfo en la Vuelta de Arrecifes y otro en la de Salto. Todo en el ’64. Después, una serie de frustraciones mecánicas y falta de presupuesto fueron desgastando la relación. Se buscó un nuevo preparador y el Ñato volvió a su camión.
Poco tiempo después, nacía una nueva categoría zonal: TC del 40. Al taller del Ñato llegó una carrocería Chevrolet y… vuelta a la actividad. No ya como corredor, pero sí como preparador. Otra vez en la brecha y con un título de campeón.
En Arrecifes, el taller del Ñato, a pesar del controvertido carácter de su dueño, se convertía en visita obligada de quienes vivían el automovilismo con pasión. Allí, siempre había un auto de carrera y miles de anécdotas. También solía aparecerse Luis Di Palma a tomar unos mates y recordar con el dueño de casa sus primeras aventuras en el TC. El tiempo fue pasando y su salud se fue quebrantando aceleradamente. El 22 de febrero de 1994, el Ñato se marchó en silencio. Sin embargo, su figura y su recuerdo permanecen vigentes.

El Ford T
Chasis (se adaptó el mismo que utilizaban en el Ford T de carretera). Diferencial Ford 1940, elástico transversal. Eje de Ford. Frenos de Ford 1946. Tanque de nafta de 25 litros, colocado en la cola. Motor Ford T, cigüeñal de Ford T, luego de Ford A y por último de Ford B. Carburador de Ford 1937, pistones de avión Piper, magnetto horizontal Scintilla, lubricación forzada.

Triunfos en el TC
10.07.1960 con Néstor Marincovich (Sandokán) en 9 de Julio

31.05.1964 con Rubén Luis Di Palma en Arrecifes

30.08.1964 con Rubén Luis Di Palma en Salto

Principales actuaciones como piloto
2º - Teodelina 1957
3º - Venado Tuerto 1959

4º - Luján 1960

5º - Posta de San Martín y Álvarez

Ganó una prueba de clasificación en Arrecifes y una serie.

Otro apodo
Por su particular condición de haber acompañado a Carlos Pairetti y Luis Di Palma en sus inicios, el Ñato se ganó el apodo de “el domador de leones”.

“Coche a la Vista” de 1957 en “5 Volantes en Historias Breves por Sevalo”
.
“En la categoría Ford T viene cumpliendo actuaciones muy meritorias Roberto Aguirre, que nació en Arrecifes, el 28 de octubre de 1922. Se inició en la actividad oficial el 1º de setiembre de 1956 en la prueba de V. Constitución, donde se clasificó décimo en la serie sin poder largar la final. Posteriormente en Mariano Benítez fue séptimo en la serie y final. Con lo que cerró su actuación de ese año. En 1957 en Teodelina finalizó tercero en la serie y sexto en la final; en Posta de San Martín 6º en la serie y 5º en la final. En Arrecifes, 2º en la serie y 6º en la final; en Pergamino fue 5º en la serie, pero no pudo largar la final; en Álvarez, 5º en la serie y final; en Teodelina segundo en la serie e igual colocación alcanzó en la final y en Santa Isabel se clasificó 5º en la serie y 12º en la final”.